AMAR ES PARA VALIENTES
Si acaso viéramos el amor como lo
que es, una batalla constante con nuestro yo interno, sería fácil comprender el
por qué muchos nos cohibimos de sentirlo. Y si el camino a la felicidad está
dentro de una relación de pareja, vaya que es de valientes amar. Se vive una
lucha perpetua contra la probabilidad y una incertidumbre agobiante, eso para
quienes por raciocinio tienen presente que hay derecho al desamor, nadie se
escapa de ello. Todos nos hemos equivocado alguna vez, entregado todo a una
persona y en nombre del amor cometido locuras que acaban sin valor al notar que
estamos con la persona incorrecta. ¿Debemos luchar por la permanencia del amor?
El amor no lo puede todo y hay que borrar esa absurda creencia de que si
amamos, el otro debe hacerlo también. El amor fuera de la euforia y pasión,
dentro de la razón también tiene espacio a la elección entonces, se trata de un
derecho a elegir estar con alguien y no atarse por alguna situación.
A través
del tiempo mi percepción sobre el amor ha madurado y es que, ahora veo quizá
más como caprichos fuertes algún apego amoroso anterior, enamorarse de una
idealización de alguien perfecto nos fuerza a una dependencia emocional, al
apego, y hasta creer que esa persona pueda darle sentido a tu vida. Buscar o
esperar encontrar alguien “a tu medida”, es creer que otro llegue a darle definición
a tu vida y no, para esto se necesita antes autodeterminación, para saber dónde
estás y a dónde vas, lo que eres y eso que quieres. En el amor solo
encontraremos alguien para complementar nuestra felicidad, luego de alcanzar
alguna estabilidad interior.
Durante el
proceso del amor, el enamoramiento, vivimos amores que juzgan, que consumen,
amores autoritarios, amores dependientes y más. Ahí encontramos la lucha, al
permanecer. El verdadero amor no juzga, no te hace cumplir expectativas, ni te
hace cambiar tu esencia, no aprisiona, no esclaviza ideales y por el contrario,
el mejor de todos vive de incertidumbre, de riesgo, otorga libertades, tu
autonomía emocional y permite la libre elección.
Amar no es
igual a una necesidad, tu independencia emocional ofrece un amor más sano, más
real. Alguna vez afirmé querer un amor de esos que matan, pero que nunca
mueren. ¿Acaso no es preferible vivir? Inconscientemente apostaba por un amor
de esos que aunque me matara, agobiara o me cambiara, me permitiera luchar por
su permanencia. También creía que un amor que lucha es lo más parecido al amor
eterno, siendo víctima del amor pasaba por alto lo incierto del futuro y su
constante transformación. Que el estar enamorado del amor, el sobresalto por
una ilusión y su adrenalina no te haga perder la razón, siempre mejor llevar
los pies sobre la tierra y tener una visión más realista sobre lo que es y lo
que será.
En
resumidas cuentas amar es para valientes, se trata de luchar por seguir siento
tú, sin perder tu esencia, amar sin ataduras, con libertad, por elección y sin
obsesión. Revélate ante el amor y reinvéntalo, encuentra tu sana manera de amar
y ser amado.
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